Siguiendo el post anterior acerca de las diferencias reales entre una persona introvertida y otra extrovertida, vamos a explicar a continuación, cómo el cerebro de cada uno de ellos funciona de diferente manera neurológicamente hablando.
Es algo que empecé a estudiar recientemente y me resultó muy interesante, así que decidí dedicar otro post a ello.
DOPAMINA
La principal diferencia, neurológicamente hablando es la dopamina.
La dopamina es un neurotransmisor – una sustancia química que lleva mensajes de unas células neuronales a otras y también a otras células del cuerpo.
Pues bien, esta sustancia se libera en determinadas circunstancias (aquellas que, externas a nosotros, nos resultan muy gratificantes) y produce una inmediata sensación de euforia o felicidad.
Ocurre que el efecto de la dopamina no es tan fuerte en los extrovertidos como en los introvertidos; por este motivo, para conseguir el mismo nivel de euforia o felicidad (más dopamina), los extrovertidos necesitan estar mucho más expuestos a las situaciones externas gratificantes. El extrovertido tenderá a buscar más situaciones de este tipo.
Por otro lado, el efecto de la dopamina es muy fuerte en las personas introvertidas, y por ese motivo, demasiada exposición a esas situaciones, les puede hacer sentir “sobreestimulados” y cansados (demasiada dopamina). Por este motivo, pasado un tiempo, necesitan salir de esa situación y rebajar el nivel de dopamina en sus cerebros.
ACETILCOLINA
En lugar de dopamina, el introvertido depende más de la acetilcolina– otro neurotransmisor que se activa más con la gratificación interna. Hace que las personas se sientan relajadas, contentas y capaces de concentrarse un largo periodo de tiempo.
Este neurotransmisor se libera, sobretodo, en situaciones de calma y tranquilidad, por ello los introvertidos buscan estas situaciones para sentir esa gratificación.
Curiosamente, los extrovertidos no sienten de manera significativa los efectos de la acetilcolina, con lo que no dependen tanto de ella y buscan más los efectos de la dopamina.
LA RUTA DE LA DOPAMINA
Como los extrovertidos dependen más de la dopamina, cuando la información pasa por sus cerebros, lo hace siguiendo la ruta de la dopamina, un camino corto y que recorre las áreas que regulan el sabor, el tacto, la vista y el sonido.
Acetylcholine vs. Dopamine Pathway (C) Mdf, CC-BY-SA 3.0
LA RUTA DE LA ACETILCOLINA
La información recibida por los introvertidos pasa por una ruta mucho más larga, la ruta de la acetilcolina. Esto significa que dicha información pasa por muchas áreas diferentes, como la corteza insular (que controla la empatía), el área de Broca (que produce la escucha y el habla). También pasa por el lóbulo frontal (juicio y espontaneidad) y por el hipocampo, que controla la memoria.
Por este motivo, y al ser tan largo el camino y la forma de procesar la información, podemos entender porque los introvertidos le dan muchas vueltas a todo, normalmente más que los extrovertidos.